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09 mar 13 Etapa ciclista: Ferrocarril del Cala: La Minilla – Puente del Burro (09/02/2013)

El sábado 9 de febrero realicé una agradable etapa ciclista por vía verde acompañado de Ana y de mi amigo Javi Morales, que poco a poco va dando pasos en el mundo del ciclismo. Hacía tiempo que Javi me había comentado de volver a salir a rodar un poco, y ese fin de semana me pareció una ocasión ideal. Además, llevaba tiempo con ganas de hacer una etapa de exploración por una zona de la que tenía buenas referencias: el tramo de ferrocarril minero convertido en vía verde que se extiende aguas arriba del embalse de La Minilla. Este ferrocarril no es otro que el ferrocarril del Cala, que permitía transportar a San Juan de Aznalfarache los productos extraídos de las minas de Santa Olalla del Cala, por un lado, y del Castillo de las Guardas y Nerva, por otro. Es un trazado que, un poco aguas abajo, conozco más al detalle, ya que he realizado parte de él en torno a los pantanos de Gérgal y Guillena, y explorado parte entre Santiponce y Guillena.

Así pues, Ana, Javi y yo montamos las bicis en el transportín del Peugeot, y nos dirigimos hasta la cabecera del embalse de La Minilla para empezar nuestra jornada. Yo salí con mi Fuji, Ana con su SanGround, y Javi se equipó con la vieja Conor con la que Jose Jaquotot me obsequió hace ya tanto tiempo, y que utilizo para hacer rodillo y para desplazarme ocasionalmente por Sevilla. Carne de perro. Y con los frenos cristalizados.

Empezamos a rodar a las 10:45h. Salimos de la vieja estación de La Minilla, que se encuentra completamente restaurada, pero sin ninguna clase de uso. Empezamos a rodar en dirección norte por una excelentemente restaurada plataforma, sin restos de balasto, traviesas o desechos ferroviarios, con abundantes cercas de madera que previenen caídas por la trinchera, y en una zona de gran belleza paisajística: junto al pantano, en una zona de auténtico bosque mediterráneo, y con una climatología excelente, aunque hacía algo de frío, pese a lo avanzado de la mañana.

Rodamos a un ritmo bastante vivo -15-16 km/h-, salvando de cuando en cuando alguna cancela que interrumpía el rodar, y pronto llegamos a una pequeña carretera que comunica el pantano con El Ronquillo. Allí nos encontramos a un grupo de pescadores y gente que disfrutaba del sábado en el campo.

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Poco después llegamos a una pequeña aldea formada por -literalmente- cinco casas, pero que mostraba signos de tener ocupación, al menos en fin de semana. No en balde nos encontramos varios grupos de paseantes, e incluso unos domingueros que avanzaban en coche por la vía verde, camino de un cercano puesto de barbacoas, emplazado en el lugar de la derruida estación de tren de El Ronquillo. Y así, justo al pasar la estación, llegamos -mucho antes de lo que esperaba- al punto del recorrido que más me interesaba: la bifurcación del ferrocarril. Eran las 11:30h, y apenas llevábamos tres cuartos de hora de pedaleo.

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Este era el punto mínimo que me había marcado como objetivo para el día. Como he comentado, el ferrocarril del Cala tenía dos ramales. Uno comunicaba con la zona de Santa Olalla del Cala, en la parte más oriental de la provincia de Huelva, y casi ya lindando con Extremadura. Este es el ramal mejor conservado, y era el que nos disponíamos a seguir. El segundo ramal transcurría por las cercanías del Castillo de las Guardas, y llegaba hasta Nerva, y según he podido ver en mis andanzas, se encuentra en un estado bastante más deteriorado. Y en efecto, como pudimos ver, el puente sobre el río se encontraba cortado, haciendo imposible cualquier tentativa de seguirlo. Al menos, desde el lugar en el que nos encontrábamos, y en esa época del año. Pese a todo, resultaba tremendamente fotogénico.

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Como apenas habíamos entrado en calor, no tuvimos otra que continuar, siempre río arriba, para ver hasta dónde podíamos llegar. Apenas unas decenas de metros después el río describió un cerrado meandro, siempre con la vía transcurriendo en paralelo a él. En el vértice de este ángulo salvamos un puentecillo sobre un arroyo tributario del Cala, que marca el final “oficial” oficial de la vía verde. El ferrocarril, empero, continúa, y aunque se nota que el trazado no está tan cuidado, es perfectamente transitable. Y es a partir de este punto donde las cosas se ponen verdaderamente interesantes. Porque, para empezar, hay una panorámica excelente de la península bordeada por el meandro del río:

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Pasado el puente, nos adentramos en una zona más agreste, dentro de una finca llamada El Portugués. Allí no tardamos en llegar a un túnel:

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…que a la salida nos devolvió de nuevo al cauce del río, que poco antes habíamos abandonado.

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Pero nuestro viaje estaba tocando a su fin. Unos centenares de metros después, recorridos en perfecta línea recta, llegamos hasta el puente del Burro. Este puente permite salvar un desnivel de varias decenas de metros sobre el cauce de un arroyo y, aunque su estructura primordial se encuentra en perfecto estado, la pasarela peatonal o las barandillas no lo están tanto:

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Así que con una vergonzosa falta de valor, decidimos dar por concluido nuestro avance. Aparte de que ya habíamos alcanzado el mediodía, la hora y cuarto de pedaleo, y quedaba otro tanto de vuelta. Para la vuelta Javi y yo hicimos un cambio de montura, ya que Javi tenía ganas de probar una bici del siglo XXI, y cerciorarse de que valía la pena invertir el dinero en una burra como diox manda.

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La vuelta transcurrió sin mayores incidentes. La temperatura, merced a lo avanzado del día, era sumamente agradable, y el ambiente invitaba a terminar la jornada con unas cervezas y un buen almuerzo. Regresamos a la estación de La Minilla a un ritmo bastante alegre, por lo que dimos por finalizada la etapa a las 13:00h.

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Regresamos a Santiponce, y tras hablar con Miguel, éste se vino al pueblo, donde rematamos la jornada con una sesión de carnes a la espada en un cercano rodicio brasileño. Una excelente manera de aprovechar un sábado.

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: S/D
  • Distancia (según el GPS): 25’659 km.
  • Tiempo de etapa: 2h 15m 16s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 2h 22m 59s
  • Velocidad media: 11’4 km/h
  • Velocidad máxima: 33’5 km/h
  • Pulsaciones medias: 104 pulsaciones/min
  • Pulsaciones máximas: 140 pulsaciones/min
  • Consumo medio de calorías: S/D
  • Consumo máximo de calorías: S/D
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: S/D
  • Consumo total de calorías: 1173 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 34B MTB

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Ferrocarril del Cala: La Minilla – Puente del Burro

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09 mar 13 Etapa ciclista: Las Pajanosas – Mirador del Tramo Restringido (02/02/2013)

El sábado 2 de febrero de 2013 salí a rodar un poco con mis compañeros de trabajo Fran y Sergio. Realizamos una etapa de entrenamiento para que Fran, que llevaba un tiempo sin salir a rodar con nosotros, fuera cogiendo el ritmo. Escogimos para ello una etapa por el Tramo Restringido de la Ruta del Agua. Y dado que habíamos quedado en un horario un tanto anómalo, las 16:00h, contábamos con un plan de etapa flexible: la idea era intentar llegar a La Cantina, pero dado que a sobre las 17:30h tendríamos que estar de vuelta, que no tendríamos luz más allá de las 19:00h, en realidad íbamos a lo que saliera.

Empezamos la etapa con un poco de retraso, a las 16:20h. Dejamos atrás Las Pajanosas por carretera, y pronto entramos en la Ruta del Agua. Avanzamos sin mucha dificultad, si bien acomodando el ritmo para no hacer polvo a Fran, y pronto entramos en el Tramo Restringido. La tarde era agradable, si bien algo ventosa, pero al ir encerrados en el valle del Gérgal no había muchos momentos en lo que sufriéramos. Pese a todo, estaba algo fría, lo que se veía incrementado al rodar gran parte del rato en umbría, y con mucha humedad procedente del pantano.

Pronto observamos cómo las aguas del pantano habían subido bastante de nivel, llegando a ocultar incluso tramos del viejo ferrocarril minero que no hacía mucho tiempo estaban al descubierto:

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(Imagen de mediados de 2012)

Seguimos avanzando por el tramo restringido. A las 17:25h alcanzamos la entrada al mirador de Solana Recio. Viendo que estábamos al límite de tiempo para volver, y estando claro que no íbamos a llegar a La Cantina, propuse acercarnos al mirador, que nunca había contemplado. Y la verdad, hay que decir que quedamos gratamente impresionados:

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Pero tocaba regresar, así que tras un breve descanso y las fotos de rigor, retomamos la marcha. A esas alturas Fran empezaba a notar el desgaste, por lo que empezó a quedarse rezagado, ante lo que fuimos rebajando el ritmo. Salimos del tramo restringido a las 18:35h, al filo de la puesta de sol. Aún nos quedaba la vuelta por carretera, y en subida, a Las Pajanosas, que a Fran se le atragantó bastante, siendo necesario parar en varias ocasiones para que recuperara sensaciones. Finalizamos la etapa a las 19:15h.

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: S/D
  • Distancia (según el GPS): 29’329 km.
  • Tiempo de etapa: 2h 21m 45s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 2h 56m 15s
  • Velocidad media: 12’4 km/h
  • Velocidad máxima: 49 km/h
  • Pulsaciones medias: 105 pulsaciones/min
  • Pulsaciones máximas: 167 pulsaciones/min
  • Consumo medio de calorías: S/D
  • Consumo máximo de calorías: S/D
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: S/D
  • Consumo total de calorías: 1471 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 39A MTB

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Las Pajanosas – Mirador del Tramo Restringido

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24 feb 13 Etapa ciclista: Guillena – Castilblanco de los Arroyos (13/01/2013)

El 13 de enero realicé la primera etapa del año en Sevilla. Se trató de una pequeña etapa exploratoria, que, pese a todo, dio mucho de sí, aunque por lo general para mal. Para empezar, la etapa la empecé cruzado: al ir a coger la bicicleta de la cochera, no fui capaz de encontrar la llave del candado, hasta que caí en la cuenta de que estaba en la guantera del Alfa, que se encontraba aparcado en mi plaza de garaje en el trabajo. Así pues, no me quedó más remedio que tirar de la vieja Conor que utilizo para hacer rodillo. Una bici descrita en alguna ocasión como carne de perro: completamente rígida, con unos 18 años a sus espaldas, plato grande de 44 dientes, una corona de 7 piñones, y frenos cantilever. Una auténtica delicia.

Empezamos la etapa algo tarde, al filo de las 9:30h. Salimos en esta ocasión a rodar Miguel, Sergio, Ricardo y yo. Y si yo había empezado mal la etapa, Miguel no tardó en añadirse a la lista de infortunios: apenas salir, en plena subida por un olivar, clavó la rueda, por culpa del barro, en una rodera, lo que lo hizo salir despedido por encima del manillar y dar de cara en el suelo. Por fortuna el incidente apenas se saldó con la nariz hinchada y el labio roto por el interior de la boca lo que, para lo que podía haber sido, fue bastante poco. Aun así, Miguel decidió continuar. Yo, por el camino, había descubierto algo sumamente interesante, y era que a la lista de problemas de mi bici había que añadirle otro: las pastillas de freno estaban cristalizadas, por lo que su capacidad de frenado era puramente testimonial. Y eso, con un descenso por trialera por efectuar, era algo sumamente tranquilizador.

Dejamos atrás infortunios y trepamos por la trialera del Camino de Santiago. Gracias a unas recientes lluvias, las mismas que habían hecho que hubiera barro en el olivar, el tramo de la trialera se encontraba en un estado de firme excelente: la tierra se encontraba compactada, pero sin llegar a estar pegajosa. Magnífica para rodar. Terminamos de ascender la trialera y llegamos a la pista que lleva a la carretera de Castilblanco. Desde allí, en vez de girar a la derecha, lo hicimos a la izquierda, siguiendo las marcas blancas y verdes que, según declaraba el ayuntamiento de Castilblanco en su web, habrían de conducirnos hasta un mirador sorbre el embalse de Gérgal y, probablemente, a una pista que llevara de vuelta a Guillena. Sin embargo, a donde nos llevó fue a una enorme cancela plantada en mitad del camino. Eso sí, ya en descenso, y con una prometedora visión del embalse, que apenas podíamos tocar con los dedos. Una gran decepción.

Volvimos sobre nuestros pasos, y decidimos subir hasta Castilblanco. Llegamos por carretera sin novedad, y disfrutamos de un pequeño tentempié antes de afronar el tramo final de la etapa: una bajada por carretera hasta la Trialera, y por último el descenso por ésta. Fue una bajada interesante con la Conor: un poco más y se me aflojan los empastes al descender con la rígida sin apenas capacidad de frenado. Como elemento pintoresco, nos encontramos con el camino casi bloqueado por unas vacas, así que aprovechamos la ocasión para echarnos unas fotos.

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: S/D
  • Distancia (según el GPS): 34’123 km.
  • Tiempo de etapa: 2h 14m 43s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 3h 19m 46s
  • Velocidad media: 15’2 km/h
  • Velocidad máxima: 41’2 km/h
  • Pulsaciones medias: 133 pulsaciones/min
  • Pulsaciones máximas: 180 pulsaciones/min
  • Consumo medio de calorías: S/D
  • Consumo máximo de calorías: S/D
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: S/D
  • Consumo total de calorías: 2510 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 41A MTB

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Guillena – Castilblanco de los Arroyos

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16 dic 12 Etapa ciclista: Sierra de Aznalcóllar (09/12/2012)

El domingo 9 de diciembre salí a rodar con Miguel y Sergio por Sevilla. La etapa consistió en una reedición de la etapa por la Sierra de Aznalcóllar que Miguel y yo habíamos realizado en verano de 2011. Salimos de Aznalcóllar a las 9:15h, con un frío bastante acusado, que había hecho caer la temperatura hasta los 8ºC.

Dejamos atrás Aznalcóllar, tomando la carretera del pantano del río Agrio. Cruzamos una de las colas del pantano, que se encontraba bastante lleno de agua, e incluso estaba desaguando. Poco después abandonamos la carretera, realizando una divertida bajada hasta el vado de la Sebastiana. Vado que, como no podía ser menos, nos llevó a una acusada subida.

Tras un rato de subida, llegamos al desvío que nos habría de llevar, de nuevo en bajada, al arroyo Crispinejo. La etapa era un verdadero rompepiernas, y no tardamos en volver a subir de nuevo. Tras unos kilómetros de ascenso, nos reincorporamos a la pista principal, que nos acabaría llevando de nuevo a la carretera que habíamos dejado atrás, a las 10:55h.

Hicimos una pequeña pausa, que aprovechamos para reponer algo de fuerzas, antes de continuar con nuestro recorrido. Un kilómetro después, volvimos a dejar atrás la carretera -esta vez de manera definitiva- para iniciar un rápido y largo descenso en dirección al arroyo Cañaveroso. Pero no pudimos menos que deternos a contemplar en intenso verdor del paisaje, que contrastaba con el recuerdo que guardaba del entorno, de la vez anterior: un paisaje seco y polvoriento, agostado por el sol, en una zona arrasada por un incendio forestal. Este día se encontraba radiante:

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Retomamos el descenso, para llegar poco después al arroyo, que llevaba una cantidad increíble de agua, lo que daba al entorno, de lo poco que se había salvado del incendio de 2004, un aspecto inmejorable:

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Pero tras la gran bajada del día, quedaba la intensa subida de 2 kms. hasta la Pata del Caballo. Ahí Miguel dio todo lo que tenía dentro, alcanzando la cima en cabeza. Afortunadamente, casi todo lo que quedaba de etapa era en descenso, por la Cañada Honda, hasta la carretera del pantano, primero, y Aznalcóllar, después. Realizamos el trayecto de la Cañada a toda velocidad, y afrontamos la rampa final de la subida a Aznalcóllar por el parque cercano al pantano. Allí, hice un demarraje final, que me hizo llegar en primera posición a los coches. Dimos por finalizada la etapa a las 12:51h.

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: 47’927 km.
  • Distancia (según el GPS): 47’847 km.
  • Tiempo de etapa: 2h 51m 13s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 3h 33m 33s
  • Velocidad media: 16’8 km/h
  • Velocidad máxima: 48’7 km/h
  • Pulsaciones medias: 120 pulsaciones/m
  • Pulsaciones máximas: 181 pulsaciones/m
  • Consumo medio de calorías: 800 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1400 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: S/D
  • Consumo total de calorías: 2978 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 67AC

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Sierra de Aznalcóllar

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03 dic 12 Etapa ciclista: Cordel de la Cruz de la Mujer – Ferrocarril del Cala – Cuesta de la Media Fanega (25/11/2012)

El domingo 25 de noviembre realicé una nueva etapa por Sevilla, en compañía de mis habituales, Miguel y Sergio, y en la que nos acompañó Enrique, uno conocido nuestro. Se trató de una etapa que tenía por objetivo principal era recorrer en dirección norte el viejo trazado del ferrocarril del Cala, más allá de La Central.

Así pues, salimos de Las Pajanosas a las 9:15h, con algo de retraso sobre el horario previsto. Teníamos unos 19ºC, una temperatura bastante inhabitual dadas las fechas del año, pero que agradecí enormemente, porque esa mañana me había olvidado los guantes de la bici en casa. Si algún día tenía que salir sin guantes, desde luego que más me valía que fuera ese. Dejamos atrás Las Pajanosas, como de costumbre, en dirección al Zoo de Guillena, tomando a continuación la Ruta del Agua, hasta llegar a la entrada del tramo restringido. Desde allí optamos por variar la rutina de salidas anteriores, y optamos por subir hasta La Cantina por el Cordel de la Cruz de la Mujer. En la subida Enrique, algo fuera de forma tras no haber cogido recientemente la bici, se empezó a quedar un poco, y Miguel le ofreció una rueda durante un rato. Sergio y yo, por nuestra parte, fuimos haciendo la subida en compañía, hasta llegar al punto álgido de la subida, donde estiré un poco, coronando la cumbre en solitario.

Una vez reagrupados, iniciamos un rápido descenso hasta La Cantina, descenso en el que hice mis dos recortes habituales. Esa mañana iba estrenando una cubierta Hutchinson Toro de 2.1” en la rueda trasera, y esa era su prueba de fuego. Tengo que decir que mi primera impresión con esa cubierta fue sumamente buena: pese a tener un taco grande y separado, pensado para barro, no se enganchaba excesivamente a la hora de rodar, y respondía con aplomo y decisión en las bajadas. Estaba quedando sumamente satisfecho.

Llegamos a La Cantina a las 10:20h, y prácticamente sin detenernos, bajamos hasta la presa de Guillena, que cruzamos, para tomar a continuación el viejo trazado del ferrocarril. Las fuertes lluvias caidas recientemente se dejaban notar por doquier: el campo se encontraba muy reverdecido, el barro hacía acto de presencia, y el pantano de Guillena arrastraba una cantidad increíble de fango y maleza.

Llegamos al comienzo de la cuesta del Toro, que abandonamos a mano izquierda, para tomar el comienzo del ferrocarril, cerrado por una portela constituida con una valla de obra. Una vez en el trazado del ferrocarril, tuvimos que salvar varias portelas, sin más inconveniente que abrir y cerrar, y pronto llegamos al túnel que se encuentra frente a la central de bombeo de Guillena. A esas alturas ya habíamos empezado a rodar por un trazado que abundaba en derrumbes, pero que, pese a todo, permitía rodar con algo de soltura. Una vez pasamos el túnel, no podimos menos que datenernos a realizar las primeras fotos de la jornada:

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Seguimos ascendiendo, río arriba, hasta alcanzar la altura de La Central, a donde llegamos a las 11:20h. A diferencia de nuestra última visita, las aguas del Ribera de Huelva se encontraban a un nivel muy bajo, lo que nos hubiera permitido, caso de haber llegado a La Central por carretera, cruzar el cauce del río y volver aguas abajo por el ferrocarril. Pero esta vez nuestro objetivo se encontraba aguas arriba.

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Aquello era, para nosotros, terra incognita, pues siempre habíamos recorrido el ferrocarril en sentido inverso. Y aunque sobre el papel la vía era transitable hasta el comienzo de la cuesta de la Media Fanega, el estado real del camino era, simplemente, desconocido para nosotros. Tras una breve pausa de 5 minutos, reanudamos la marcha. A esas alturas los derrumbes eran cosa del pasado, y el firme de la vieja vía era poco menos que excelente. Así, fuimos ascendiendo, hasta llegar a la altura de la vieja estación de la Rigüela, donde nos encontramos un grupo de vacas que, asustadas por nuestra presencia, al sur, y de un gran grupo de ciclistas, al norte, no sabían a dónde dirigirse. Finalmente nos apartamos del camino en un pradillo, y los otros ciclistas las hicieron huir dando gritos vaqueros.

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(Imagen cortesía de amg1973)

Una vez pasamos la estación, llegamos a la primera valla de todo el recorrido que nos encontrábamos cerrada. Teníamos la certeza de que los ciclistas habían pasado por ahí, pero no teníamos claro el punto exacto. Finalmente saltamos la valla, y tras hacer un poco de labor de rastreador, di con el camino, que se encontraba bordeando la cerca que habíamos saltado, y cruzando una zanja, tras la cual se encontraba otra cancela azul -abierta, en este caso- tras la que se recuperaba el trazado de la antigua vía.

Salvadas estas dificultades, reanudamos una vez más la marcha. El río cambió su dirección hacia el oeste, por lo que dejamos de avanzar en dirección norte, ya que el trazado de la vía siempre iba paralelo al del río. Notamos cómo poco a poco el trazado de la vía iba mejorando en su mantenimiento, ya que aguas arriba, a la altura el embalse de La Minilla, la antigua vía se halla reconvertida en vía verde. Y aunque aguas abajo parecía haberse abandonado más este mantenimiento -quién sabe si por algún problema de lindes a la altura de La Rigüela-, seguía notándose una clara mejora con respecto a los tramos más asalvajados por los que habíamos rodado hasta entonces.

Seguimos avanzando, y pronto llegamos a la intersección con la antigua N-630, y con la autovía A-66. Cruzamos ambas por debajo, haciendo uso de un nuevo túnel bajo la autovía, que era una prolongación del viejo túnel del ferrocarril. Era muy llamativo pasar del nuevo túnel, prefabricado y rectangular, al viejo, excavado en la roca y abovedado.

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Una vez pasamos los túneles, pudimos divisar una increíble vista de los tres ascensos de la Media Fanega. La autovía A-66, a la derecha, la N-630, a la izquierda, y en medio un tramo antiguo de la N-630. Era impresionante.

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Retomamos la marcha a las 12:10h. En vez de seguir por la vía hasta llegar a la N-630, a la altura de Villa Rosario, junto a La Minilla, optamos por atrochar campo a través, y cruzar el Rivera de Huelva por un vado al pie de la autovía. Y como no podía ser menos, pronto nos encontramos saltando cercas y haciendo el ganso. Pero aun así, cruzamos el río sin más inconveniente. El inconveniente, eso sí, se llamaba Cuesta de la Media Fanega, que nos iba a tocar ascender. Una ascensión de casi 5 kilómetros hasta la Venta del Alto, por el viejo tramo de la N-630, con pendientes máximas del 13’5%. Al menos, todo por asfalto y con un tráfico prácticamente nulo, ya que el tráfico convencional circulaba por la autovía, y los moteros lo hacían por la N-630 nueva.

Así pues, iniciamos el ascenso. Enrique se encontraba algo tocado a esas alturas, por lo que opté por rodar con calma, ofreciéndole una rueda, aunque no tardó en descolgarse, subiendo tranquilo, sin prisa pero sin pausa. Sergio y Miguel, por su parte, optaron también por ascender a su ritmo. Sergio coronó en primer lugar, seguido por Miguel. Yo, por mi parte, terminé la subida a las 12:53h. Al poco llegó Enrique, y emprendimos el regreso. Aunque la idea era haber vuelto por El Garrobo y la trialera hasta Las Pajanosas, optamos, dado que llevábamos ya casi 35 kms. de etapa, por volver por carretera a Las Pajanosas. El resto de la etapa no tuvo más historia que un tranquilo descenso hasta la pedanía de Guillena, a donde llegamos al filo de las 13:30h. Y como no podía ser menos, nos ventilamos unas deliciosas tostadas, en mi caso con ajo untado, aceite y sal.

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: 44’410 km.
  • Distancia (según el GPS): 45’207 km.
  • Tiempo de etapa: 3h 0m 36s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 4h 12m 10s
  • Velocidad media: 14’8 km/h
  • Velocidad máxima: 55’4 km/h
  • Pulsaciones medias: 134 pulsaciones/m
  • Pulsaciones máximas: 180 pulsaciones/m
  • Consumo medio de calorías: 940 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1390 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: 3h 0m 33s
  • Consumo total de calorías: 3968 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 58AB

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Cordel de la Cruz de la Mujer – Ferrocarril del Cala – Cuesta de la Media Fanega

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