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03 dic 12 Etapa ciclista: Cordel de la Cruz de la Mujer – Ferrocarril del Cala – Cuesta de la Media Fanega (25/11/2012)

El domingo 25 de noviembre realicé una nueva etapa por Sevilla, en compañía de mis habituales, Miguel y Sergio, y en la que nos acompañó Enrique, uno conocido nuestro. Se trató de una etapa que tenía por objetivo principal era recorrer en dirección norte el viejo trazado del ferrocarril del Cala, más allá de La Central.

Así pues, salimos de Las Pajanosas a las 9:15h, con algo de retraso sobre el horario previsto. Teníamos unos 19ºC, una temperatura bastante inhabitual dadas las fechas del año, pero que agradecí enormemente, porque esa mañana me había olvidado los guantes de la bici en casa. Si algún día tenía que salir sin guantes, desde luego que más me valía que fuera ese. Dejamos atrás Las Pajanosas, como de costumbre, en dirección al Zoo de Guillena, tomando a continuación la Ruta del Agua, hasta llegar a la entrada del tramo restringido. Desde allí optamos por variar la rutina de salidas anteriores, y optamos por subir hasta La Cantina por el Cordel de la Cruz de la Mujer. En la subida Enrique, algo fuera de forma tras no haber cogido recientemente la bici, se empezó a quedar un poco, y Miguel le ofreció una rueda durante un rato. Sergio y yo, por nuestra parte, fuimos haciendo la subida en compañía, hasta llegar al punto álgido de la subida, donde estiré un poco, coronando la cumbre en solitario.

Una vez reagrupados, iniciamos un rápido descenso hasta La Cantina, descenso en el que hice mis dos recortes habituales. Esa mañana iba estrenando una cubierta Hutchinson Toro de 2.1” en la rueda trasera, y esa era su prueba de fuego. Tengo que decir que mi primera impresión con esa cubierta fue sumamente buena: pese a tener un taco grande y separado, pensado para barro, no se enganchaba excesivamente a la hora de rodar, y respondía con aplomo y decisión en las bajadas. Estaba quedando sumamente satisfecho.

Llegamos a La Cantina a las 10:20h, y prácticamente sin detenernos, bajamos hasta la presa de Guillena, que cruzamos, para tomar a continuación el viejo trazado del ferrocarril. Las fuertes lluvias caidas recientemente se dejaban notar por doquier: el campo se encontraba muy reverdecido, el barro hacía acto de presencia, y el pantano de Guillena arrastraba una cantidad increíble de fango y maleza.

Llegamos al comienzo de la cuesta del Toro, que abandonamos a mano izquierda, para tomar el comienzo del ferrocarril, cerrado por una portela constituida con una valla de obra. Una vez en el trazado del ferrocarril, tuvimos que salvar varias portelas, sin más inconveniente que abrir y cerrar, y pronto llegamos al túnel que se encuentra frente a la central de bombeo de Guillena. A esas alturas ya habíamos empezado a rodar por un trazado que abundaba en derrumbes, pero que, pese a todo, permitía rodar con algo de soltura. Una vez pasamos el túnel, no podimos menos que datenernos a realizar las primeras fotos de la jornada:

IMAG0300.jpg

Seguimos ascendiendo, río arriba, hasta alcanzar la altura de La Central, a donde llegamos a las 11:20h. A diferencia de nuestra última visita, las aguas del Ribera de Huelva se encontraban a un nivel muy bajo, lo que nos hubiera permitido, caso de haber llegado a La Central por carretera, cruzar el cauce del río y volver aguas abajo por el ferrocarril. Pero esta vez nuestro objetivo se encontraba aguas arriba.

IMAG0301.jpg

Aquello era, para nosotros, terra incognita, pues siempre habíamos recorrido el ferrocarril en sentido inverso. Y aunque sobre el papel la vía era transitable hasta el comienzo de la cuesta de la Media Fanega, el estado real del camino era, simplemente, desconocido para nosotros. Tras una breve pausa de 5 minutos, reanudamos la marcha. A esas alturas los derrumbes eran cosa del pasado, y el firme de la vieja vía era poco menos que excelente. Así, fuimos ascendiendo, hasta llegar a la altura de la vieja estación de la Rigüela, donde nos encontramos un grupo de vacas que, asustadas por nuestra presencia, al sur, y de un gran grupo de ciclistas, al norte, no sabían a dónde dirigirse. Finalmente nos apartamos del camino en un pradillo, y los otros ciclistas las hicieron huir dando gritos vaqueros.

la-riguela

(Imagen cortesía de amg1973)

Una vez pasamos la estación, llegamos a la primera valla de todo el recorrido que nos encontrábamos cerrada. Teníamos la certeza de que los ciclistas habían pasado por ahí, pero no teníamos claro el punto exacto. Finalmente saltamos la valla, y tras hacer un poco de labor de rastreador, di con el camino, que se encontraba bordeando la cerca que habíamos saltado, y cruzando una zanja, tras la cual se encontraba otra cancela azul -abierta, en este caso- tras la que se recuperaba el trazado de la antigua vía.

Salvadas estas dificultades, reanudamos una vez más la marcha. El río cambió su dirección hacia el oeste, por lo que dejamos de avanzar en dirección norte, ya que el trazado de la vía siempre iba paralelo al del río. Notamos cómo poco a poco el trazado de la vía iba mejorando en su mantenimiento, ya que aguas arriba, a la altura el embalse de La Minilla, la antigua vía se halla reconvertida en vía verde. Y aunque aguas abajo parecía haberse abandonado más este mantenimiento -quién sabe si por algún problema de lindes a la altura de La Rigüela-, seguía notándose una clara mejora con respecto a los tramos más asalvajados por los que habíamos rodado hasta entonces.

Seguimos avanzando, y pronto llegamos a la intersección con la antigua N-630, y con la autovía A-66. Cruzamos ambas por debajo, haciendo uso de un nuevo túnel bajo la autovía, que era una prolongación del viejo túnel del ferrocarril. Era muy llamativo pasar del nuevo túnel, prefabricado y rectangular, al viejo, excavado en la roca y abovedado.

IMAG0304.jpg

Una vez pasamos los túneles, pudimos divisar una increíble vista de los tres ascensos de la Media Fanega. La autovía A-66, a la derecha, la N-630, a la izquierda, y en medio un tramo antiguo de la N-630. Era impresionante.

IMAG0306.jpg

Retomamos la marcha a las 12:10h. En vez de seguir por la vía hasta llegar a la N-630, a la altura de Villa Rosario, junto a La Minilla, optamos por atrochar campo a través, y cruzar el Rivera de Huelva por un vado al pie de la autovía. Y como no podía ser menos, pronto nos encontramos saltando cercas y haciendo el ganso. Pero aun así, cruzamos el río sin más inconveniente. El inconveniente, eso sí, se llamaba Cuesta de la Media Fanega, que nos iba a tocar ascender. Una ascensión de casi 5 kilómetros hasta la Venta del Alto, por el viejo tramo de la N-630, con pendientes máximas del 13’5%. Al menos, todo por asfalto y con un tráfico prácticamente nulo, ya que el tráfico convencional circulaba por la autovía, y los moteros lo hacían por la N-630 nueva.

Así pues, iniciamos el ascenso. Enrique se encontraba algo tocado a esas alturas, por lo que opté por rodar con calma, ofreciéndole una rueda, aunque no tardó en descolgarse, subiendo tranquilo, sin prisa pero sin pausa. Sergio y Miguel, por su parte, optaron también por ascender a su ritmo. Sergio coronó en primer lugar, seguido por Miguel. Yo, por mi parte, terminé la subida a las 12:53h. Al poco llegó Enrique, y emprendimos el regreso. Aunque la idea era haber vuelto por El Garrobo y la trialera hasta Las Pajanosas, optamos, dado que llevábamos ya casi 35 kms. de etapa, por volver por carretera a Las Pajanosas. El resto de la etapa no tuvo más historia que un tranquilo descenso hasta la pedanía de Guillena, a donde llegamos al filo de las 13:30h. Y como no podía ser menos, nos ventilamos unas deliciosas tostadas, en mi caso con ajo untado, aceite y sal.

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: 44’410 km.
  • Distancia (según el GPS): 45’207 km.
  • Tiempo de etapa: 3h 0m 36s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 4h 12m 10s
  • Velocidad media: 14’8 km/h
  • Velocidad máxima: 55’4 km/h
  • Pulsaciones medias: 134 pulsaciones/m
  • Pulsaciones máximas: 180 pulsaciones/m
  • Consumo medio de calorías: 940 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1390 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: 3h 0m 33s
  • Consumo total de calorías: 3968 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 58AB

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Cordel de la Cruz de la Mujer – Ferrocarril del Cala – Cuesta de la Media Fanega

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16 jun 12 Etapa ciclista: Las Pajanosas – El Garrobo – La Cantina (07/06/2012)

El pasado 7 de julio, aprovechando que era la fiesta del Corpus en Sevilla, salí a rodar en un día tan poco habitual como un jueves. Entre unas cosas y otras, la mayoría de los compañeros habituales de andanzas en Sevilla se acabaron cayendo de la convocatoria, y tan sólo salimos a rodar Miguel y yo. Y pese a que habíamos pensado en rodar por la ruta del Agua, a medida que subía a Las Pajanosas me entraron ganas de volver a circular por la trialera entre Las Pajanosas y El Garrobo. Ya lo habíamos hecho hacia abajo, y tenía ganas de recorrerla en sentido inverso, por ver qué tal se podía rodar por ella. Así pues, se lo propuse a Miguel, que no tuvo objeción alguna en el cambio: habíamos quedado algo tarde, a las 10:00h, y la idea que teníamos era realizar una etapa corta y rápida, por lo que hablamos de subir y bajar por la trialera, y realizar unos 20 kms. de etapa. Ilusos.

Después de la indigestión de asfalto de la etapa anterior, agradecí enormemente encontrarme por una trialera con las características de la de El Garrobo: técnica a ratos, trepidante, y con un perfil razonablemente suave, magnífico para rodar de manera ágil, y con algún que otro repecho duro que permita darle algo de pimienta a la subida. Disfruté como un enano con la subida. Tanto fue así que en apenas 40 minutos nos habíamos plantado en El Garrobo, con una media de subida de 14 km/h en una trialera con rampas del 6%. Estaba claro que estaba pletórico, y la etapa de Villaviciosa tenía algo que decir en eso.

El caso es que, una vez en el Garrobo, y como la etapa se nos estaba quedando corta (a ese ritmo íbamos a estar de vuelta en Las Pajanosas para las 11:00h, decidimos estirar un poco la etapa. “¿Por qué no subimos a la Venta del Alto, y ya desde allí vemos si bajamos por carretera o por la Central?” Pregunta absurda, porque estaba claro que íbamos a acabar bajando por la Central, y haciendo una etapa de 45 kms., cuando lo previsto eran unos 20. Y como no podía ser menos, así fue. Subimos a la Venta del Alto, y ya allí… pues bajamos la Media Fanega. De hecho, bajamos más de la cuenta, ya que Miguel, que iba en cabeza en la bajada, se saltó el desvío a la Central, y nos fuimos un kilómetro largo de descenso más. Casi me entraron ganas de terminar el descenso, y enlazar con La Cantina por el tramo abandonado del ferrocarril del Cala. Pero como ya estábamos haciendo bastantes disparates, optamos por lo menos disparatado, y volvimos sobre nuestros pasos camino de La Central.

Ese kilómetro adicional de subida, junto con el posterior repecho antes de emprender el descenso hacia la Central se nos atragantó un poco, en especial a Miguel, que con el ritmo que veníamos trayendo se desfondó un poco. Por suerte, lo que teníamos por delante era un descenso de algo más de 2 kms. hasta la Central, donde hicimos una parada para reponer fuerzas. No en balde, teníamos por delante casi 10 kms. de terreno pestoso, tanto por asfalto como por tierra, antes de llegar a la Cantina.

Hicimos una pausa de 10 minutos, barrita de cereales incluida, antes de reanudar la etapa. Realizamos esos 10 kms. a un buen ritmo. Por suerte la mañana nos había respetado bastante, y aunque el cielo estaba despejado, corría una suave brisa que hacía que no se notara el calor. Al menos, hasta que llegamos a las cercanías de La Cantina, donde por ratos se notaba el suelo de pizarra reverberar de calor. Y es que no en balde llegamos a la zona al filo del mediodía.

Hicimos la última parada del día en La Cantina, justo antes de afrontar el desafío de la jornada: la cuesta de La Lenteja. Tengo malos recuerdos de esa subida. Tan sólo la había realizado -en subida- una vez, y acabé lesionado en los gemelos. Así que la afrontaba con aprensión: no en balde se trata de una subida de 2 kms, con 11 curvas al estilo Alpe d’Huez, con tramos con una pendiente máxima del 17%. Por ello, opté por aplicar la misma táctica que en la subida de Puerto Artafi: encontrar una cadencia, y mantenerla pasara lo que pasara. Y de nuevo los resultados fueron buenos. Acabé la subida de la cuesta sin desfondarme, y a un ritmo razonablemente bueno. Miguel, por su parte, venía sufriendo desde el repecho anterior a la Central, pese a lo cual hizo una subida notable.

Tras superar la tachuela, bajamos a toda velocidad el Cordel de la Cruz de la Mujer, donde incluso marcamos el pico de velocidad de la etapa, a 51 km/h, más incluso que en la bajada de asfalto de la Media Fanega. Al llegar a la ruta del agua, giramos a la derecha, camino de Las Pajanosas. Tan sólo nos quedaba ya salvar el último tramo de pista, hasta llegar a la carretera de Las Pajanosas a la altura del Zoo de Guillena. Y desde allí, subir hasta Las Pajanosas. Esa última subida tengo que admitir que la realicé pletórico; demasiado, incluso, ya que se las hice pasar canutas a Miguel, que llegó completamente desfondado. Estaba claro que el pase por la piedra de Villaviciosa me había venido bastante bien. :mrgreen:

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia: 44’732 km.
  • Distancia (según el GPS): 44’789 km.
  • Tiempo de etapa: 2h 28m 53s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 2h 46m 41s
  • Velocidad media: 18’0 km/h
  • Velocidad máxima: 53’3 km/h
  • Pulsaciones medias: 140
  • Pulsaciones máximas: 176
  • Consumo medio de calorías: 1000 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1350 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: 2h 04m 00s
  • Consumo total de calorías: 2321 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 39AC

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Las Pajanosas – El Garrobo – La Central – La Cantina

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25 may 12 Etapa ciclista: Las Pajanosas – Cuesta de la Media Fanega – El Garrobo (20/05/2012)

El pasado domingo 20 volví a salir a rodar con mis compañeros de trabajo por Sevilla. En esta ocasión realizamos una etapa que mezclaba recorridos tradicionales en nuestras salidas sevillanas con terrenos completamente vírgenes para nosotros, pero que cuentan con gran tradición entre los ciclistas de la zona.

Empezamos a dar pedales a las 9:00h en Las Pajanosas, punto de partida de riguroso estreno. Salimos de la pedanía en dirección al zoo de Guillena, siguiendo el trazado de la Ruta del Agua. Al pasar el zoo abandonamos el asfalto y entramos en pista, por zona de dehesa al principio, que pronto daría paso a las últimas estribaciones de la campiña sevillana antes de entrar en la sierra. Poco después llegamos al cordel de la Cruz de la Mujer, una de nuestras subidas habituales. Optamos por abandonar la Ruta del Agua, evitando el tramo restringido, y atacar la subida directamente.

Afrontamos las primeras rampas de la subida a un ritmo bastante alegre, con Rafa en cabeza, hasta que nos percatamos que había un pájaro carpintero enganchado por el pecho en un alambre de espino, por lo que no pudimos evitar detenernos para hacer la buena acción del día. Entre los tres desenganchamos al pobre pájaro, y le devolvimos la libertad, no sin echarnos unas fotos con él.

20120520_093528

Una vez finalizado el incidente, seguimos con la subida, igualmente a un ritmo bastante alegre. Demasiado alegre, quizás, sabiendo lo que teníamos aún por delante. Pero ya estábamos lanzados, y no había vuelta atrás. Seguí marcando un ritmo bastante intenso, y con Miguel a mi zaga, rápidamente alcanzamos el punto más alto del cordel, previo a un trepidante descenso (52 km/h por pista bacheada), como siempre, por la cuesta de la Lenteja. Llegamos a la Cantina a las 10:00h, donde hicimos una breve parada.

Desde allí continuamos a la siguiente escala de la jornada: la Central. Ascendimos por la margen derecha del Ribera de Huelva, primero por pista, hasta la central de bombeo, y luego por asfalto, hasta la Central. Iba a ser una etapa con gran cantidad de recorrido por asfalto. Llegamos a la Central a las 10:45. Llevábamos ya 24 de los 41 kilómetros en los que había calculado la etapa. No se puede negar que el ritmo estaba siendo sumamente alegre: 14 km/h de media, incluyendo las paradas. Y es que la gran cantidad de asfalto se estaba dejando notar. La mañana, además, era propicia para rodar, ya el día amenazaba lluvia y no hacía calor ni bochorno.

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Tras esta parada -la cuarta y última del día- afrontamos la pared que teníamos por delante: una subida de 7 kilómetros hasta la cuesta de la Media Fanega, primero, y a la Venta del Alto, después, con una pequeña bajada intermedia. El primer tramo tenía una pendiente máxima del 11%, y el segundo, aunque algo más asequible en perfil, destacaba con una pendiente máxima del 13’3%. Al menos se trataba de subidas por asfalto.

De nuevo abrí fuego con un ritmo alegre, que nos permitió sobrepasar a un par de grupos de ciclistas en nuestra subida. El primer tramo de la subida lo realizamos a velocidades de 12-14 km/h… y eso conteniendo. Una vez que llegamos a la cuesta de la Media Fanega, realizamos la subida por el trazado antiguo (no el correspondiente a la autovía -obviamente- ni a la N-630), por un excelente tramo de carretera que no cuenta con uso alguno.

Llegamos a la Venta del Alto a las 11:25h. Desde allí todo lo que teníamos por delante era descenso. E íbamos a disfrutarlo. Desde la Venta del Alto nos encaminamos a El Garrobo por un sendero en paralelo a la carretera nacional. Atravesamos el pueblo en compañía de un terceto ciclista, que nos iban marcando el camino. Salimos del pueblo y realizamos un rápido descenso por asfalto de 2 kms. hasta alcanzar la trialera de El Garrobo. Allí dos de los ciclistas siguieron por carretera, y el tercero se metió por la trialera, como hicimos nosotros.

La trialera desde El Garrobo a Las Pajanosas es sumamente divertida. No es especialmente complicada, pero te permite hacer un descenso de 5 kms. entre cercas de piedra, con tramos de piedra no excesivamente técnicos, pero sí bastante interesantes. Se vadean, además, dos arroyos, y se pasa por bastantes tramos de vegetación cerrada. Una delicia, vaya. Dejo a continuación un vídeo de una etapa muy similar a la nuestra (salvo porque ellos salen de Guillena y suben por el tramo restringido), en la que se puede ver bastante bien lo que es la etapa (la trialera a partir del minuto 3:45):

Nosotros, por nuestra parte, tras la trialera cruzamos sobre la autovía, y entramos en Las Pajanosas justo a las 12:00h, tras nuestros 41 kms. de etapa. Una etapa rápida, intensa y bastante divertida. Matamos la sed y comentamos un poco la etapa en uno de los múltiples bares que se encuentran en Las Pajanosas, antes de dar por finiquitada la etapa. Una etapa que espero se vuelta a repetir.

  • Distancia: 41’891 km.
  • Distancia (según el GPS): 41’932 km.
  • Tiempo de etapa: 2h 24m 48s
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 3h 1m 54s
  • Velocidad media: 17’4 km/h
  • Velocidad máxima: 55’1 km/h
  • Pulsaciones medias: 136
  • Pulsaciones máximas: 180
  • Consumo medio de calorías: 960 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1390 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: 2h 13m 37s
  • Consumo total de calorías: 2945 kcal
  • Índice IBP de dificultad: 56AB

Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Las Pajanosas – Cuesta de la Media Fanega – El Garrobo

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12 may 11 Etapa ciclista: Guillena – La Central (01/05/2011)

El pasado 1 de mayo hice la que, hasta el momento, es la última etapa ciclista con mis compañeros de Sevilla. Fue una etapa de entrenamiento, en principio bastante convencional. Nuestra idea era salir de Guillena, remontar el Cordel de la Cruz de la Mujer y bajar hasta La Cantina por la Cuesta de la Lenteja. Desde allí, optaríamos por volver por la Ruta del Agua, seguir hasta La Central y volver por el tramo abandonado del Ferrocarril del Cala, o bien seguir hasta la cuesta de la Media Fanega y volver por la N-630.

Empezamos la etapa pasadas las 9:20h. En esta ocasión salimos Manolo, Miguel, Rafa y yo, ya que la amenaza de lluvia de los días previos habían hecho que Fran y Jesús declinaran acudir. Subimos por el Cordel, aunque pronto la bici de Manolo empezó a dar problemas: habíamos tenido que cambiar la cámara de la rueda trasera al encontrarse agujereada por la parte de la llanta. Sospechamos que se podría haber producido un corte en alguno de los agujeros de paso de los radios, y el hecho de que apenas 3 kms. después se reprodujera el problema nos hico confirmarlo. Hinchamos la rueda un poco, y seguimos ascendiendo hasta llegar al final de la subida. Allí nos detuvimos a realizar una reparación. Por suerte, pudimos encintar la llanta con un rollo de cinta aislante que llevaba entre mis herramientas. Una vez solventado el problema, seguimos con la etapa, realizando el descenso de la Cuesta de la Lenteja. Aporto un nuevo vídeo de la bajada, esta vez hecho con la MD-80:

Una vez abajo, decidimos continuar hasta La Central. Manolo se encontraba algo tocado, consecuencia de haber rodado poco en los meses precedentes, pero estaba decidido a seguir. Hasta La Central no hubo mayor novedad, adoptamos un ritmo tranquilo y llegamos sin grandes percances. El problema fue cuando bajamos hasta el vado e intentamos cruzar el río Cala:

No nos quedó más remedio que dar media vuelta hasta La Cantina. Habíamos hecho 22 kms. -ida y vuelta- en balde. Desde La Cantina volvimos a Guillena, como teníamos previsto, por la ruta del agua, finalizando la etapa pasadas las 14:15h.

El mapa de la etapa es el siguiente:


Ver 2011/05/01: Ruta del Agua – La Central en un mapa más grande

Los datos de la etapa son los siguientes:

  • Distancia (según el GPS): 50,64 km.
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 4h 53m 18s
  • Pulsaciones medias: 124 pulsaciones/m
  • Pulsaciones máximas: 183
  • Consumo medio de calorías: 840 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1420 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: 2h 35m 26s
  • Consumo total de calorías: 4170 kcal
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06 mar 11 Etapa ciclista: Guillena – La Central – Ferrocarril del Cala (06/III/2011)

Esta mañana Rafa, Miguel y yo hemos vuelto a coger la bici, después de algunas semanas sin salir con ellos. Para ir cogiendo el ritmo, escogimos efectuar una etapa ya conocida (Cordel de la Cruz de la Mujer y vuelta por la Ruta del Agua), pero con un añadido: subir desde La Cantina hasta La Central, y volver por el margen opuesto del embalse de Guillena, siguiendo el trazado del abandonado ferrocarril del Cala.

Salimos pasadas las 9:00h desde el inicio del Cordel de la Cruz de la Mujer, en Guillena. La mañana se presentaba agradable, sin rastro apenas del mal tiempo que nos había acompañado ayer. Rafa y Miguel salían con sus Cube doble suspensión nuevas, que no había tenido oportunidad de ver aún. Bonitas, muy bonitas. Y muy ligeras para ser sendas dobles. Sin muchos preámbulos, arrancamos, con Rafa tirando fuerte por delante. Ascendimos sin muchos problemas los primeros kilómetros del Cordel, hasta llegar al desvío de la ruta del Agua, que dejamos a nuestra derecha, y seguimos ascendiendo. Pronto notaríamos el primer cambio de paisaje del día: pasamos de un entorno de campiña a uno puramente serrano. Esta sería nuestra tónica del día: grandes cambios de paisaje en una etapa no demasiado larga.

Seguimos ascendiendo. Poco a poco Rafa fue cediendo en su empuje, ante lo que Miguel y yo tomamos el relevo. Estábamos subiendo, a mi modo de ver, más rápido de la cuenta, y corríamos el riesgo de pagarlo más adelante. Aún así, seguimos subiendo duro hasta llegar a la cima del Cordel, cerca de la central hidroeléctrica el embalse de Guillena. Era el punto más alto de la etapa, donde aprovechamos para hacer un descanso. Teníamos por delante el descenso por la cuesta de la Lenteja (alias El Caracol, alias La Serpiente) hasta La Cantina. Y esta vez tenía intención de grabarlo bien:

(El vídeo ha sido reprocesado con el estabilizador de vídeo por software para Virtual Dub Deshaker, por eso tiene esas bandas negras tan peculiares y algunos efectos extraños en los cambios bruscos de dirección. Aún así, me gusta. Tiene detalles curiosos)

Bajamos rápidamente a La Cantina, en un descenso bastante explosivo, en el que aproveché todos los recortes que pude. Sin embargo, para Miguel fue demasiado explosivo, ya que en una de las curvas más cerradas se le fue la bici de atrás, y acabó en el suelo, con un importante golpe en la rodilla, que no dejaría de darle guerra el resto de la etapa. Pese a ello, al asegurarnos Miguel que estaba en condiciones de continuar, decidimos seguir con nuestro recorrido.

Abandonamos La Cantina en dirección norte, y a difirencia de etapas anteriores, no descendimos hasta la presa, sino que seguimos por la pista de la presa. Poco a poco fuimos ganando en altura, y el paisaje volvió a cambiar: pasamos a una zona con grandes cortados de pizarra, en las cercanías del pantano. No tardamos mucho en llegar a la estación de bombeo del embalse de Guillena, donde hicimos una breve parada para tomar algo de comer en una bifurcación asfaltada. Consultamos el GPS y vimos que nuestra etapa continuaba descendiendo por la pista, que transcurría pegada a la cola del pantano. Al otro lado de éste se encontraba el recorrido del ferrocarril abandonado.

Tras comer unas barritas de cereales y un plátano, retomamos la marcha, aunque no por demasiado tiempo. Al poco de acabar el descenso, y junto al comienzo de una subida, nos paramos a echar una mano a unos ciclistas. Uno de ellos había sufrido un percance bajando, que se había saldado con el cambio de piñones destrozado -en el caso de la bici- y con el ciclista encaramado a un árbol, para evitar una caída por el terraplén que llevaba al pantano. Les ayudamos a desmontar el cambio destrozado y a cortar el cable de éste, para que pudieran al menos dejar la bici a piñón fijo.

Seguimos ascendiendo por la pista asfaltada, circulando de nuevo por un auténtico paisaje serrano que se convertiría en una constante hasta llegar a La Central. Tras la primera subida, continuamos en un terreno con suaves subidas y bajadas, que permitieron que Miguel tomara algo de aire, ya que venía sufriendo algunas molestias en su rodilla. Y así, tras un rato de marcha, llegamos a La Central. Pasamos ésta y tomamos un camino descendente que nos llevó hasta el cauce del río Ribera de Huelva. Teníamos que cruzarlo, y la verdad, dada la época del año, no las tenía todas conmigo. Sin embargo, el nivel del agua se encontraba realmente bajo, por lo que pudimos cruzar el vado sin problemas.

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Ascendimos hasta la otra orilla, y subimos hasta llegar a la vía abandonada, por una pequeña pero explosiva pendiente, hasta llegar a una casilla del guardia del tren en estado ruinoso. La vía se encuentra completamente desmantelada, sin vías, traviesas o balasto, por lo que el rodar por ella era bastante cómodo. Nada que ver con lo que hicimos Javi, Mané y yo el pasado lunes. Tan abandonada se encontraba que la vegetación lo había invadido todo, llegando en algunos momentos a circular por hierbas que llegaban hasta el manillar de la bici. Y así, empezamos el descenso por el ferrocarril.

El descenso al principio era bastante cómodo. El trazado se encontraba en bastante buen estado, y no teníamos que detenernos más que para cruzar algunas puertas que delimitaban las fincas por las que íbamos pasando. Sin embargo, poco a poco nos fuimos adentrando en una zona más abrupta. Así empezamos a circular por las trincheras del ferrocarril, en los que los desprendimientos empezaban a menudear, lo que hacía necesario circular con más cuidado, so pena de sufrir alguna caída, como de nuevo fue el caso de Miguel.

S8005367.JPG

A medida que avanzábamos la vía se iba cerrando más y más, constreñida por las trincheras excavadas en pizarra, con abundantes desprendimientos, rodeados de maleza y una feraz vegetación. Otro nuevo cambio de paisaje.

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A este cambio de paisaje pronto le acompañó la sorpresa que me tenía reservada. El túnel del ferrocarril. No había dicho nada a mis compañeros de la existencia del túnel que nos veríamos obligados a cruzar. Con lo que yo no contaba era con que se encontrara casi bloqueado por los desprendimientos.

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Pero antes de cruzar no pudimos menos que contemplar la magnífica vista del embalse de Guillena que se abría ante nuestros ojos. La misma que un rato antes habíamos visto, desde el otro lado, cuando paramos a reponer fuerzas junto a la estación de bombeo de la central hidroeléctrica.

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Una vez entramos en el túnel vimos que éste no se encontraba en tan malas condiciones como el exterior. De hecho, era posible rodar por él, pese a la oscuridad. Y como era bastante corto, el tramo sin luz alguna era bastante corto.

Pronto salimos de él, y continuamos con la bajada. El paisaje, de nuevo, había cambiado: un entorno mucho más seco, en el que la jara era la reina de la vegetación. Parecía increíble que en apenas un centenar de metros cambiara tanto el entorno.

El descenso hasta el final de la vía no tuvo muchas más novedades. Llegamos hasta el punto en que la vía desaparece, al comienzo de la Cuesta del Toro. Una de las alternativas de la etapa era realizar la subida para ir hasta Castilblanco de los Arroyos y bajar a Mairena por la trialera del Camino de Santiago. Pero dadas las circunstancias, decidimos volver por la vía rápida: Cantina y Ruta del Agua. A esas alturas pasaba del mediodía y llevábamos ya en el cuerpo unos 29 kilómetros.

Cruzamos por la presa de Guillena y subimos hasta La Cantina, sin detenernos esta vez. Optamos por volver por la Ruta del Agua. La otra alternativa era subir la cuesta de la Lenteja y bajar por donde habíamos subido. Más corto, pero con una subida durísima. Preferimos realizar una bajada más larga, pero más relajada. Pero, pese a ser una bajada más suave, Miguel no pudo evitar sufrir la visita del tío del mazo, por lo que trayecto por la ruta del Agua lo pasó bastante mal. Aparte de eso, no tuvimos muchas más novedades hasta enlazar de nuevo con el Cordel. Allí nos encontramos de nuevo con el ciclista que había roto el cambio, que iba en dirección a Las Pajanosas. Tras indicarle el camino, nos despedimos de él y bajamos de vuelta a Guillena, donde dimos por finalizada la etapa recién pasada la una y media de la tarde. Una bonita etapa para ir haciendo kilómetros con los compañeros de Sevilla. :mrgreen:

El trazado en Google Maps es el siguiente:


Ver 2011/03/06: Guillena – La Central en un mapa más grande

Los datos de la etapa -de nuevo ampliados al haber conseguido arreglar mi pulsómetro- son los siguientes:

  • Distancia (según el velocímetro): 45’648 km. (faltan unos 2 kms. de la bajada de la Cuesta de la Lenteja)
  • Distancia (según el GPS): 48,847 km
  • Tiempo de etapa: 3h 1m 36s (faltan unos 7 minutos de descenso y del paso del túnel)
  • Tiempo desde el inicio de la etapa: 4h 8m 7s
  • Pulsaciones medias: 143 pulsaciones/m
  • Pulsaciones máximas: 179
  • Consumo medio de calorías: 1030 kcal/h
  • Consumo máximo de calorías: 1380 kcal/h
  • Tiempo en zonas de pulsaciones: 3h 11m 0s
  • Consumo total de calorías: 4137 kcal
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