Leo hoy con gran tristeza que ha fallecido Juan Muñoz Martín, autor de El Pirata Garrapata, y Fray Perico y su borrico. Estas dos historias fueron algunas de las novelas más conocidas de la colección El Barco de Vapor, con la que muchos niños de los años 80 aprendimos a apreciar la lectura. Pero no sólo eso: es que además siguen siendo unas historias divertidísimas. Hace algunos años tuve ocasión de releer El Pirata Garrapata (siempre fui más aficionado a esta historia), y me hizo disfrutar como la primera vez que lo leí.
También tuve la oportunidad de saber que ambas novelas no eras historias autoconclusivas, sino que cada una de ellas era una saga, con múltiples novelas. Creo que un buen homenaje al autor es hacerse con ellas, y darles una buena lectura.
Muchas gracias por tus estupendas novelas, Juan.
Etiquetas: el pirata garrapata, fray perico y su borrico, juan muñoz martín
Este año he recibido como regalo de todo (santo, Papa Noel, Reyes…) un nuevo dron, un DJI Mini 3 Pro. Es lo mejorcito que a dia de hoy se puede comprar en drones de menos de 250 gramos, y estaba como loco por probarlo, y ver si la diferencia con el Eachine E520S era tan grande como su precio indica. Y la verdad es que sí. Y aún más. A continuación se puede ver la primera grabación que he hecho con el mismo, en la zona de la Vía Verde de Itálica:
Si se ve a 4K y en una buena pantalla grande, la definición es brutal. Ni la realidad es tan real.
Aparte de la estabilidad de vuelo y de imagen, la calidad de la misma y la fluidez del vídeo, los modos de seguimiento son estupendos, tanto los de posición frontal y trasera, como el vuelo lateral y el orbital en torno al objetivo. Objetivo que, por cierto, se define simplemente seleccionándolo en pantalla, y a partir de ahí el dron hace seguimiento mediante reconocimiento visual. Que es extraordinariamente bueno. Y todo esto por no hablar de la capacidad de esquivar obstáculos mediante los seis sensores (dos frontales, dos traseros y dos inferiores). Se dice pronto, pero es que el dron tiene en realidad siete cámaras.
Lo dicho: espectacular.
Etiquetas: dji mini 3 pro, dron, santiponce, vía verde de itálica
Desde hace algunos días vengo experimentando problemas con mi conexión doméstica a Internet. Esto es un problema bastante molesto para mí, porque hago uso de una serie de servicios en un servidor casero que publico hacia el exterior. El principal de ellos es este sitio web, pero hay algunos adicionales, como algunos servicios de domótica y una conexión VPN para acceder de manera segura desde el exterior. Hasta ahora, venía publicándolo todo de manera directa, ya que disponía de una IPv4 con mi conexión, pero desde la semana pasada han pasado a darme acceso a Internet detrás de un CG-NAT. Esto implica que ya no dispongo de una IPv4 propia, sino que salgo a través de una NAT del operador, por lo que no es posible acceder de manera remota a dichos servicios.
Mientras me lo solucionan, he optado por poner en pie un mecanismo para poder seguir publicando servicios, basado en el uso de un pequeño servidor público que se encarga de redireccionar los servicios hacia mi sistema detrás del CG-NAT. Y para ello, hago uso de una plataforma que permite establecer redes securizadas mediante una combinación de SG-NAT y VPN, llamada ZeroTier. La gracia de ZeroTier es que el entorno funciona como un concentrador de VPNs, de tal manera que entre los clientes que necesitemos conectar se establece una red privada, con lo que es posible dotar de conectividad entre ellos a los mismos, tan sólo instalando un agente del propio ZeroTier entre ellos, y establecer la visibilidad oportuna entre nodos. Haciendo que el servidor publicado en Internet sea uno de los nodos, puedo proporcionar servicios utilizándolo de pasarela pública.
La segunda pata del asunto es conseguir este servidor frontal público, y hacer que funcione de pasarela. En mi caso, he optado por hacer uso de Oracle Cloud Infrastructure, donde se puede desplegar de manera gratuita un servidor basado en Linux. Y una vez que me he hecho con este servidor, he montado la pasarela con un servidor NGINX, debido a que me permite redireccionar tanto servicios publicados por TCP (mi servidor web y mi servidor MQTT) como UDP (mi servidor VPN), con lo que me ahorro tener que andar instalando y gestionando servicios duplicados en este frontal. Sencillo y eficiente. El diagrama general de cómo ha quedado el entorno es el siguiente:
La configuración a nivel interno sí que tiene algunos puntos a tener en cuenta:
stream {
upstream web_server {
server IP_PRIVADA_REMOTA_ZEROTIER:443;
}server {
listen 443;
ssl_preread on;
proxy_pass web_server;
}upstream mqtt_server {
server IP_PRIVADA_REMOTA_ZEROTIER:1883;
}
server {
listen 1883;
proxy_pass mqtt_server;
proxy_connect_timeout 1s;
}upstream vpn_server {
server IP_PRIVADA_REMOTA_ZEROTIER:1194;
}
server {
listen 1194 udp;
proxy_pass vpn_server;
}}
stream {
upstream vpn_server {
server IP_SERVIDOR_LOCAL_VPN:1194;
}
server {
listen 1194 udp;
proxy_pass vpn_server;
}}
En realidad, me gusta tanto cómo ha quedado configurado, que es posible que lo deje así incluso cuando se solucione el tema del CG-NAT, ya que añade una capa extra de seguridad y disponibilidad a mis sistemas.
Referencias:
How to bypass CGNAT and expose your server to the internet using ZeroTier, a VPS and NGINX
Bypassing a CGNAT with Wireguard (Especialmente útil para la parte de configuración del entorno en Oracle Cloud)
How to set nginx reverse proxy to an SSL site without certificate?
Etiquetas: cg-nat, iot, mqtt, nginx, oracle cloud, vpn, vps, wordpress, zerotier
Aprovechando que estoy estos días por Santiponce, y que el día de ayer dio descanso a las lluvias que se esperan frecuentes estos días, salí a rodar un poco por Santiponce. Nada especialmente elaborado, Vía de la Plata, enlace con la estación de servicio de la Venta de Ana Velázquez, y vuelta por la Cañada Real de las Islas, y a Santiponce por la vía verde. Se notaba que había llovido recientemente, porque las ruedas tendían a transformarse en esos dónuts de arcilla, cosa que sucede cuando el terreno de la campiña sevillana ha alcanzado cierto punto de saturación, pero no el suficiente como para que sea un barrizal. El caso es que, volviendo por la cañada real, tuve la oportunidad de contemplar un bellísimo atardecer, con el sol ocultándose entre las nubes que algunas horas más tarde descargarían en la zona, pero que por el momento me estaban concediendo cuartelillo.
La foto está tomada con HDR, para que reflejara de manera más fiel los colores que se podían ver en el atardecer. Llegué a casa cansado, lleno de barro, pero enormemente satisfecho. Espero que os guste.
Etiquetas: atardecer, cañada real de las islas, hdr, mtb, santiponce
El jueves 8 de diciembre, aprovechando el festivo, salí a rodar en una etapa vespertina por las cercanías de Forcarey. Había querido salir a rodar por la mañana, pero el día se había presentado lluvioso, y según la previsión meteorológica la tarde iba a estar mejor que la mañana. Así pues, salí a rodar pasadas las 16:15h, y hasta el momento, la previsión no engañaba. Tenía ganas de ir a las Neveras de Fixó, que recientemente habían sido limpiadas de maleza, y quería ver qué tal se encontraban. Salí a rodar con la Super BH L6000 gravel 2, a la que también había hecho cambios hacía poco: unas pastillas de freno Shimano Ultegra, para intentar mejorar la potencia de frenado, además de restituir las anteriores manetas.
Empecé a rodar subiendo por carretera hasta el desvío de A Ponte, a donde bajé rápidamente. De momento, los frenos parecían comportarse bien, pero sin grandes alardes. Seguí hasta Casanova, y empecé a subir por monte, para pasar por las cercanías de Cachafeiro, pero sin entrar en él. La subida fue ardua, ya que el terreno se encontraba bastante húmedo, pero sin encontrar acumulaciones de barro. No por ello, deja de ser una buena patada en el pecho, con rampas de hasta el 15%. Y ahí fue cuando empezó a llover. Al menos, fue poca cosa, cuestión de unos minutos. Viendo que la cosa no se ponía serie, continué rodando, en vez de dar la vuelta.
Llegué hasta la carretera de Lalín, que crucé, para continuar por asfalto hacia Fixó. Ahí volvió a chispear en algunos momentos, pero nada especialmente molesto. Lo que sí era preocupante es que la tarde no dejaba de estar cubierta, y la luminosidad era algo escasa. Una vez en Fixó, empecé el ascenso hasta las neveras. Con un problema añadido: notaba que el sillín se había desplazado un poco hacia atrás, e iba algo más bajo e incómodo de la cuenta. SIn poder hacer nada, ya que hubiera necesitado una llave fija para poder aflojar la tuerca y ajustar el sillín, no me quedó otra que subir. Los dos kilómetros de subida hasta las neveras se me hicieron pelín largos, pero a la postre se trató de agachar la cabeza, y seguir de frente. Una vez arriba, me encaminé hasta las neveras en sí. El entorno estaba poco más o menos igual, pero la labor de limpieza de las neveras, sobre todo de la segunda, era bien claro.
Aproveché un rato para descansar, y ya de paso tomar unas tomas con el dron de ambas neveras:
Y ahí fue donde empezó a llover de verdad. Nada copioso, pero sí constante. Dejé atrás las neveras, y me dirigió hacia Vilariño. Giré a la derecha por donde se encuentra la señalización para la mámoa que hay entre los generadores. Ese tramo de pista había sido acondicionado recientemente, y me permitió enlazar con la pista de los generadores sin mayor inconveniente. Y una vez en la pista, vi dónde me estaba metiendo.
O no. Estaba en las propias nubes de lluvia, e iba hacia lo peor de la tarde. Pero, la verdad, no me apetecía dar la vuelta. Seguí avanzando hasta dar con un cruce donde había un cazador. Me comentó que por la derecha bajaría directo a Vilariño, mientras que por la izquierda sería algo más largo, y saldría más bien en La Portela de Lamas. Aunque mi idea era ir por la izquierda y explorar una bajada hacia Soutelo, el día no estaba para exploraciones, así que bajé a Vilariño. Y ahí se demostró que los frenos seguían sin estar finos. Con pista mojada y lluvia, la capacidad de frenado se veía bastante disminuida. Aun así, mejor que lo de la vez anterior, pero siguen sin ser completamente confiables.
Según llegué a Vilariño, bajé hasta la carretera. Ahí podía optar por volver por Fixó, pero como ese tramo de carretera tiene mucha subida y bajada, era más rápido seguir a la Madalena, y volver por la carretera de Cachafeiro. Así lo hice. A esas alturas ya había tenido que encender la luz delantera (mi veterana Lupichin). Seguí sin mucho trastorno, aunque sí con bastante agua, hasta Sanguñedo, y desde ahí, continué por la Madalena, pasando junto al circuito, para desembocar en la carretera de Soutelo a Cachafeiro a la altura de Vilar. Desde ahí fue cuestión de volver, prácticamente en suave descenso todo el rato, hasta la Freixeira y Cachafeiro, y por último, enlazar con el Lérez y subir de nuevo a Forcarey. Un par de horas de etapa, donde acabé como una sopa, pero que era exactamente lo que necesitaba.
Datos de la etapa
Etiquetas: cachafeiro, fixó, forcarey, gravel, neveras de fixó