17 abr 08 El Lamborghini… diabólico
Esta mañana cuando iba a trabajar vi aparcado un impresionante Lamborghini Diablo. El aparcamiento, de un conocido hotel emplazado en el centro de negocios de Sevilla, alberga de manera frecuente coches de gama alta, pero esto era algo fuera de toda medida:
Pero había algo que chirriaba, algo que estaba fuera de lugar. Algo que hacía que la situación estuviera marcada por una señal malvada. Y de repente me di cuenta. Lo malvado no era, precisamente, la señal:
Quizás, pensándolo bien, diabólico no sea el mejor apelativo que se me ocurre para el conductor de ese vehículo. Y por si alguien se lo está preguntando, no tenía, ni mucho menos, tarjeta de minusválido.
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